Revisarte

Monday, November 19, 2007

Artículo publicado en la revista La Tempestad Nov. 2007


Los publicistas lo han analizado a fondo: escrito con diferentes tipografías, un mismo mensaje provoca impresiones emocionales distintas. No es casualidad, entonces, que marcas como Apple, Lufthansa, Nestlé, Sears, Panasonic o Jeep utilicen la Helvetica en sus logotipos. 2007 indica el 50 aniversario de ésta, la tipografía más omnipresente del siglo XX. Muchas personas no la identifican por su nombre, pero diariamente entran en contacto con ella.

Creada por Max Miedinger y Eduard Hoffman en un momento en que en Suiza se experimentaba con la creción de fuentes que expresaran los principios de la modernidad, la Helvetica –originalmente bautizada como Neue Haas Grotesk- comenzó a ser usada extensivamente en los años sesenta. Su presición, nitidez y legibilidad ( las curvas y la suavidad de sus líneas la humanizan, por si fuera poco) la convirtieron en la opción preferida de numerosos diseñadores y en la elección gráfica de las grandes corporaciones.

Una de las grandes cualidades de esta tipografía es su multifuncionalidad: la Helvetica refleja autoridad en un letrero de tránsito en Nueva York, se muestra pragmática en el logotipo de Target, es idealista en los señalamientos de la ONU, revela su carácter corporativo en el logo de American Airlines, apunta a lo aspiracional en el de BMW o resulta íntima en el de American Apparel. En 1984 Apple introdujo la computadora personal Macintosh, que la incluía como fuente “residente”. Con ello puso un elemento de alto diseño al alcance de cualquier usuario, convirtiéndola de ese modo en un “lujo demócratico”. Una curiosidad: Microsoft optó por no incluirla como opción tipográfica en su software, para el que prefirió la Arial, una versión adaptada. Sin embargo, la empresa de Bill Gates la eligió para su propio logotipo.

Por su importancia en el diseño contemporáneo, y como homenaje por el medio siglo recorrido desde su aparición, el MoMA de Nueva York, además de adquirir para su colección el primer juego tipográfico de esta fuente, montó la exhibición 50 Years of Helvetica; paralelamente proyecta el documental Helvetica, dirigido por Gary Hustwit. Asimismo, una exposición itinerante se ha presentado en el Design Museum de Londres y en la Espeis Gallery de Brooklyn; consta de 50 carteles que, realizados por renombrados diseñadores, se exhiben a la manera de un repaso: cada uno de los últimos 50 años es visto desde la perspectiva de la famosa tipografía.

En dónde reside el abrumador éxito de este diseño? En su neutralidad: permite que el significado provenga del texto y el contexto, no de las letras.


Helvética: arma de comunicación masiva

Solo hay una oportunidad para causar una primera impresión. El mismo mensaje escrito con tipografías diferentes, causará impresiones emocionales distintas.
Por ello no es casualidad que marcas como Apple, Lufthansa, Nestlé, Sears, Panasonic y Jeep utilicen la tipografía Helvética para sus logos.

2007 marca el 50 aniversario del tipo de letra Helvética, la tipografía más prevaleciente del siglo XX, creada por los diseñadores suizos Max Miedinger y Edouard Hoffmann. Aun cuando no la reconozcamos por su nombre, es muy probable que diariamente leamos miles de textos escritos con Helvética.

En esta cultura cada vez más saturada visualmente, la selección de la tipografía juega un rol predominante. Solo reflexione en la cantidad de información escrita a la que estamos expuestos diariamente; mensajes de texto de celulares, anuncios comerciales, señales de tránsito, páginas web; por mencionar algunos;. Hoy en día la tipografía define nuestra cultura visual.
La Helvética ha expandido su presencia otrora limitada a las páginas de libros, ahora ocupa lugares preponderantes en las marquesinas, en los anuncios espectaculares, en los escaparates de tiendas de moda. Entre los cientos de tipos de letra que existen, muy pocas tienen esta omnipresencia.

Helvética puede ser autoritaria en un letrero de tránsito en Nueva York; pragmática en el logotipo de Target, idealista en los señalamientos de la ONU; corporativa como American Airlines, aspiracional como BMW o íntima como The Gap

Durante los 60’s surgió en Suiza un movimiento de diseño conocido como “Estilo Tipográfico Internacional” que utilizó Helvética extensivamente. La claridad objetiva de este movimiento ganó adeptos en todo el mundo al estar basado en pureza de estilo y legibilidad de la comunicación, lo que permitiría al diseñador alcanzar claridad y orden. Pronto Helvética se asociaba visualmente con lujo y eficacia, por ser precisa, nítida, fácil de leer, al tiempo de ser humanizada con curvas y suaves líneas. Al poco tiempo se convirtió en la elección de grandes corporaciones, debido a la modernidad y eficiencia de la letra.

En 1984 se introduce la computadora personal Macintosh incluyendo la Helvética como su tipografía “residente”. Apple patentó la tipografía y la incorporó a su software. Con ello dio acceso a la Helvética como una tipografía de alto diseño al alcance de cualquier usuario de computadora. Helvética puede entenderse con el mismo valor estético y calidad técnica de otros lujos, como muebles de diseñador o prendas de alta costura; solo que a diferencia de pagar grandes sumas de dinero, es gratis, convirtiéndola con ello en un lujo democrático.
Resulta curioso saber que Microsoft optó por no incluir Helvética como opción tipográfica en su software, ya que adoptó Arial, una versión adaptada, sin embargo la empresa seleccionó a Helvética para su propio logotipo.

Por su estatus de culto y en honor a su aniversario El Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA) exhibe una instalación titulada “50 Years of Helvetica”, asi como el documental Helvetica dirigido por Gary Hustwit. De igual forma la galería Espeis de Brooklyn presentó una exhibición titulada “50” mostrando 50 posters de renombrados diseñadores internacionales inspirados en Helvética.

La clave del éxito de Helvética reside en el hecho de que es una especie de código, que al ser neutral, hace que el significado esté en el contenido del texto y no en la tipografía misma.